Óscar Sánchez
Xico, Ver.- En cada fiesta de Xico, la música, comida, licores y, por supuesto, los colores invaden las empedradas calles del Pueblo Mágico.
La danza de los Santiagos, Tocotines, banda cruzada y en los payasos y espontáneos, formas para expresar la fe, los llamativos pigmentos son su emblema y un reflejo de la propia vida de esta región montañosa rodeada de cafetales y bosques.
Como reflejo de toda una población, aparecen en las callejuelas en forma de coloridos murales con rostros de sus habitantes, de su flora y fauna.
“Las danzas de Xico son una invitación visual para conocer al pueblo y descubrir nuevas formas de profesa la fe. Son la expresión vibrante y viva que refleja la rica tradición de una población…”, afirma una de las artistas Duna Lunar.
Las pinturas forman parte del proyecto “Por un México bien hecho” del Programa Rutas Mágicas del Color, y como tal hacen honor con sus tonalidades vibrantes y las formas, como las de los colibríes, “aves que llevan los pensamientos y deseos de las personas de un lugar a otro”.
Danzantes, recolectores y recolectoras, tejedoras o simplemente gente que construye día a día a Xico aparecen en antiguas casonas, un deleite visual para propios y extraños.
“Dichosas las manos que recolectan, unen y engarzan una vida atravesada por los recuerdos, legado e historia que le precede de generaciones atrás”, describe la autora.